A menudo me preguntan en redes sociales si es adecuado o no el uso del correpasillos, así que hoy voy a escribirte sobre ello y a contarte desde mi punto de vista, como fisioterapeuta pediátrica.

Podríamos resumir en 3 bloques el uso del correpasillos:
- Correpasillos antes de que el bebé camine.
- Cuando el bebé ya camina, qué hacemos con el caminador.
- ¿En atención temprana: qué hacemos?.
Correpasillos antes de que el bebé camina.
El niño en su desarrollo, antes de empezar a caminar, se pone de pie sujetándose a los muebles. Desde allí empezará a dar pasos laterales buscando su equilibrio y aventurándose a ir de un mueble a otro si estos están un poco separados.
El correpasillos solo tiene un función condicionada, caminar desplazando el juguete.
No me gustan los correpasillos antes de que el bebé camine porque obliga al bebé a caminar cuando se le pone sin que, a lo mejor, el bebé lo haya buscado o esté preparado.
Además, adelanta mucho el centro de gravedad del bebé, con lo cual, en lugar de ayudar, puede alterar su desarrollo natural. Algo que, como fisioterapeuta, no me gusta nada.
En bebé sano, sin patología, no hay porqué forzar algo que no está desarrollando ese bebé de manera espontánea.
Otra cosa es que el bebé utilice algo para empujar por sí mismo, sin forzarle. Eso sería correcto, porque lo ha buscado él/ella, no impuesto por el adulto y/o juguete. Estoy hablando de una silla pequeña, por ejemplo.
Correpasillos cuando el bebé ya camina.
Si el bebé camina ya de manera autónoma, nunca los recomiendo, pero no estarían contraindicados.
El bebé no necesita de este chisme para caminar.

En caso de que los utilices te aconsejo que tenga un sentido cognitivo, como el de la foto, es decir, el bebé, por ejemplo, lo utiliza para llevar cosas en la bandeja de un lado a otro y ve por dónde camina, porque entre la barra y la bandeja hay espacio libre (no un centro de actividades asociado).
Esto es importante!
¿Qué hacemos en terapia?

En consulta con bebés de atención temprana utilizo este elemento de madera Figura 1): pueden gatear hasta él, jugar en 3 puntos al alcanzar los juguetes, ponerse de pie, desplazarse de manera lateral y caminar deslizando sin nos interesa en un momento determinado de la terapia.
Para trabajar la deambulación en terapia utilizo un caminador posterior (figura 2) que estabiliza bien el tronco y no anterioriza el centro de gravedad del niñ@, entre otras cosas.
Espero que te haya resultado interesante y haya despejado todas las dudas.